top of page

Traición, Fellatio y Promiscuidad

Entrevista a Enrique Yurcovich


Enrique Yurcovich, 1983. Foto © Marcos López. Fuente: Archivo Marcos López.


Por Mabel Bellucci y Juan Queiroz



En esta entrevista inédita, realizada en 2016 en la Biblioteca Popular José Ingenieros, Enrique Yurcovich relata su trayectoria en el activismo anarquista y su experiencia como editor de la revista Manuela, publicada en una época en que simpatizantes de la dictadura contemplaban con júbilo la segunda visita al país del papa Juan Pablo II. Corría el año 1986 cuando un grupo de anarquistas, punks, gays, lesbianas y feministas se organizaron para exigir la separación de la iglesia del estado y para repudiar el anuncio de la llegada a la Argentina del jerarca eclesiástico, cuyo objetivo era instigar a favor de los militares condenados por violación de los Derecho Humanos y fustigar el inminente tratamiento de la Ley de Divorcio Vincular.

 

Hablar de Yurcovich es hablar también de la Biblioteca Popular José Ingenieros, fundada en 1935 por un grupo de anarquistas de la Federación Obrera del Calzado. Desde los primeros días de su inauguración, esta biblioteca continúa organizando conferencias, charlas y debates. Dentro de su acervo se encuentra el archivo “Alfredo Seoane”, uno de los fondos documentales sobre anarquismo y movimiento obrero más importantes en América Latina. A lo largo de esta entrevista Jenri, como se lo conoce a Yurcovich en el mundo activista, rememora también pormenores de su intensa participación en la Coordinadora de Grupos Alternativos, su intervención en la Marcha Pagana y en la Marcha de Repudio al Papa, y en tantos otros acontecimientos de los cuales formó parte activa.




¿Cómo ingresás a la Biblioteca Popular José Ingenieros? Contabas que por el 79 te acercaste porque aquí funcionaba un cineclub


Sí, era el Cineclub Jaén y en plena dictadura, 78 o 79, vine a ver una película. No sabía que existía esta biblioteca. Había visto en una gacetilla del diario La Nación que en esta dirección estaban proyectando una película que quería ver. Cuando terminó me fui, ni siquiera me quedé al debate post película. Todavía no sabía lo que era el anarquismo, y tampoco me enteré ese día.



Es interesante saber que la biblioteca siguió funcionando durante la dictadura, ¿sabés si hubo allanamientos en esa época?


Creo que no hubo allanamientos, pero sé que hubo compañeros desaparecidos.



Entonces, ¿cuándo te incorporás a la biblioteca?, ¿volviste en la época de la dictadura?


No, regresé en el 86 u 87 a unas reuniones de la Coordinadora de Grupos Alternativos, no vinculadas a la biblioteca. Yo ya había publicado la revista Manuela. La biblioteca prestaba el lugar, como lo hizo toda la vida, para un montón de actividades y de reuniones.


Revista Manuela, número 1. Abril de 1986. Fuente: Archivos Desviados.

¿Nos contás cómo fue la experiencia de Manuela?


La publicamos en abril de 1986. Éramos cuatro, Claudia y yo, que teníamos una veta más intelectual, Ricardo, que era un empleado bancario muy reservado pero muy ácido cuando hablaba, siempre la metía justa, y el otro, Daniel, que laburaba de administrativo en una empresa de medicina prepaga, qué sé yo, vendedor. Claudia ahora vive en Estados Unidos. Nos conocimos todes en un taller de neoperiodismo, así se llamaba, con Enrique Symns y otro tipo más. El taller duró poco porque Enrique dijo que no tenía nada más que enseñar y nunca más volvió, y quedamos unes veinte a solas con el otro tipo que no nos resultaba para nada interesante. Les cuatro que luego hicimos Manuela llamamos a Symns para decirle que queríamos hacer algo con él y enseguida nos sugirió que hagamos una revista. Nos dijo que él nos ayudaría, y que iba a hacer una columna; pero nunca hizo nada. Les cuatro, que no teníamos un pomo que ver unos con otros, seguimos adelante. Yo solo tenía afinidad con Claudia. Ella tenía militancia en el feminismo, participaba de ATEM 25 de noviembre. Nos llevó muchísimo tiempo hacer la revista, estuvimos meses, porque nos la pasábamos fumando en las reuniones, empezábamos dos horas tarde, nadie hacía lo que tenía que hacer, nos volvíamos a reunir otro día y así pasó bastante tiempo, hasta que salió. Hicimos dos mil ejemplares de un único número.



¿Qué contenido tenía?


Notas sobre anarquismo, sobre grafitis, otras en contra de la policía y de la iglesia, otra sobre el LSD... Publicamos una doble página escrita por Gumier Maier que llevaba el título “El ojo en la paja ajena”, eran unos mini textos geniales sobre la masturbación. Y uno de los más provocativos era un comunicado sobre la visita del papa que venía con un forro abrochado, o sea, pinchado, acompañado de instrucciones para su correcto y santo uso. Compramos dos mil forros casi gratis por un contacto que teníamos con la fábrica.


Revista Manuela, número 1. Abril de 1986. Fuente: Archivo Raúl Naón.

¿La armaban ustedes?


En esa época no había computadora, no se usaba. Escribíamos las notas en máquina de escribir y las llevábamos a un lugar en Avellaneda que era más barato donde luego nos daban unas tiras con todos los títulos y subtítulos, todas las volantas. Después venía el diagramador, los recortaba, juntaba título con subtítulo y luego los agregaba a cada nota. Se hacía así, un trabajo manual. Con la tapa nos jugamos, la hicimos roja y negra con el subtítulo “el ojo en la paja ajena”, y abajo una foto con la frase “la moral corrompe a los niños”.



¿Por qué publicaron un solo número?


Ricardo y Daniel se bajaron a último momento porque cuando ya teníamos la revista impresa un abogado nos dijo “pero cómo van a hacer esto, es una locura” y esto coincidió con que el distribuidor que habíamos contratado nos llamó para decirnos que vayamos a retirar las revistas inmediatamente porque él no las iba a distribuir, que no quería saber nada con tener algo así en su depósito. En ese momento, en el ámbito de la municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, había una especie de comisión de censura y de cuidado de la moral donde había un representante de la iglesia católica, un representante judío y otros connotados ciudadanos que se atribuían el derecho de decir qué es lo que podía o no podía leer la gente. No sé si tenían la capacidad de prohibir, pero sí tenían potestad como, por ejemplo, obligarte a que la revista se venda forrada con un sobre plástico negro cerrado que impida ver la tapa y el contenido de su interior. Lo cual era condenarla a que nadie la compre, ¿quién iba a comprar una bolsa negra sin saber lo que había adentro? La posibilidad que había de venderla era que la tapa te seduzca, si no la veías, fuiste. Pero volviendo a los otros dos que se bajaron, ese mismo abogado que se alarmó al ver la revista, como ya estaban impresos los nombres del staff, sugirió que Ricardo y Daniel nos manden una carta documento a Claudia y a mí diciendo que sus nombres habían aparecido en la revista y nosotres les íbamos a contestar con otra carta documento diciendo que había sido un error, que les pedíamos disculpas y que en el próximo número aclararíamos que ellos no tenían nada que ver con la edición. No hubo próximo número porque aquella comisión de censura se movió para prohibir la salida por el artículo del LSD que habíamos publicado, y, seguramente, por la nota sobre la visita del papa que venía con el forro de regalo.



¿Llegaron a distribuir el número uno?


La revista no se distribuyó en kioscos justamente por la movida de la comisión perversa esta que nos denunció. Cuando fuimos a buscarlas al distribuidor, cargamos los dos mil ejemplares en la parte del baúl de mi auto y las llevamos a mi departamento. Cuando llegamos pusimos todos los atados de la revista en el piso del living y empezamos a venderla nosotros mismos, nos metíamos con ejemplares en el Parakultural, por ejemplo, y un amigo, Gustavo, nos ayudaba a venderla y se quedaba con algo. De los dos mil que imprimimos debemos haber vendido cuatrocientos. A algunos kioscos la llevábamos nosotres, pero había que ir, llevar cinco revistas y pasar a las dos semanas para ver si se habían vendido, y ahí recién reponer ¿quién iba a hacer eso? Nosotres ni en pedo. Abandonamos cuando estábamos pergeñando el número 2 y ahí Symns nos propuso que en vez de hacer Manuela entráramos Claudia y yo a Cerdos y Peces, cosa que aceptamos inmediatamente sin pensarlo. Ya no era más un suplemento, se publicaba afuera de El Porteño. Estuvimos algunos meses, unos cuatro o cinco números, hasta que la revista cerró. Fue una linda época, nos divertíamos bastante.


Volante de Fife & Autogestión, integrante de la Coordinadora de Grupos Alternativos, realizado en 1986 en repudio a la anunciada visita de Juan Pablo II para el año siguiente. Fuente: Archivos Desviados.

La Coordinadora de Grupos Alternativos se formó en agosto del 86, ¿qué recordás de esa experiencia?


Fue una coordinadora que se armó entre distintos grupos alternativos, como su nombre lo indica, entre los cuales estaba el grupo que participaba yo, que era el de la revista Manuela. Había grupos de grafiteros, como el Bolo Alimenticio o Los Vergara, compañeros como Oscar Gómez, que venían del Grupo de Acción Gay, disuelto poco tiempo antes. Estaban también los de Fife & Autogestión, y compañeros del Movimiento Marginal que eran unos artistas vinculados al MAS y otro grupo que se llamaba Comunidad Alfa, con quienes nos reunimos un par de veces, eran una onda medio Partido Humanista, no sé si tendrían algo que ver, pero eran esa onda. Tenían un local en la calle Yatay donde tuvimos un par de reuniones, también nos reuníamos aquí en la biblioteca. En algún momento nos dimos cuenta que éramos veinte locos en bolas, sueltos y desprotegidos y decidimos mandar información a los organismos de derechos humanos para decirles que existíamos.



¿Con qué grupos de derechos humanos se vincularon?


No diría que establecimos vínculos, pero sí les mandamos un comunicado. A la APDH [Asamblea Permanente por los Derechos Humanos], por ejemplo, y a otras.



¿Recibieron respuestas por parte de esas agrupaciones?


No, ninguna, pero tampoco les dimos un lugar para que pudieran respondernos, no teníamos dirección ni nada. Porque en realidad no les hacíamos ningún planteo como para que nos respondan algo, solo les contábamos que existíamos, nada más.



¿Qué recordás de los encuentros de la Coordinadora de Grupos Alternativos realizados aquí en la biblioteca?


Uno de ellos fue al finalizar la Marcha Pagana, en agosto de 1986. Nos reunimos aquí con el objetivo de divertirnos, como hacíamos todos en aquella época. Ese día habíamos ido disfrazades a la manifestación para reclamar la separación de la iglesia del estado. La convocatoria fue "Marcha Pagana por la separación de la iglesia del estado". Para organizarla hicimos también otras reuniones en el local de la Comunidad Alfa, como les comentaba antes. La marcha salió del Congreso y nos cagaron a palos.


Afiche de la Coordinadora de Grupos Alternativos convocando a la Marcha Pagana. Agosto de 1986. Fuente: Archivos Desviados.

Ese día también llevaron un enorme títere que representaba a una monja…


Claro, a la cabeza de la marcha iba ese títere gigante de una monja que la policía al verlo nos la secuestró. Había un par de pibes en el grupo que eran muy hábiles con las manos y que se ocuparon de maquillar a la monja y de hacerle un vello púbico con cintitas de color celeste. El día del primer aniversario del secuestro nos reunimos frente al Congreso, éramos muchos menos, hicimos una torta, la cortamos y repartimos un pedazo para cada uno, alcanzó para todos. Exigíamos la inmediata restitución de la monja que la cana se había quedado como prueba del delito o no sé qué mierda, no era de ellos, la queríamos de vuelta con nosotres. Cuando se cumplieron cuatro años del secuestro, publiqué un artículo en la revista anarquista La Letra A.



La represión de la Marcha Pagana una fue de las primeras ejecutada por el gobierno alfonsinista...


Sí, fue la segunda, creo que había habido una primera represión antes de la Marcha Pagana, fue por el tema de la liberación de la marihuana, yo vivía en Europa en esa época. En la de la Marcha Pagana detuvieron a unos quince.


Afiche del Club de Blasfemos, integrante de la Coordinadora de Grupos Alternativos, convocando a la Marcha Pagana.1986. Fuente: Archivos Desviados.

¿Cómo fue?, ¿cuánta gente había concurrido?


Éramos doscientos y además éramos muy llamativos, disfrazades de todos colores, algunos disfrazados de curas, curas maquillados. La dictadura había terminado hacía dos años y éramos gente rara vociferando “queremos cojer” en medio de Callao y Rivadavia. Cuando empezaron a reprimir salimos corriendo. A los 50 metros nos paró la cana y nos dijo “¿a dónde van?” Les respondimos que íbamos hasta la avenida Corrientes, “no, así no pueden ir a Corrientes, a esta hora la gente sale del cine y lo último que quiere es verlos a ustedes”.



¿Había gente de los grupos gays?


Había gays pero no de de los grupos que yo recuerde. Éramos grupos pequeños, algunos de cuatro personas, y hasta de una persona, yo estaba en el de Manuela. Al año siguiente muches nos reencontramos en la Marcha de Repudio al Papa.


Volante realizado por el activista, poeta y artista visual Miguel Angel Lens para la Marcha Pagana. Grupo de Reflexión San Telmo Gay II. Agosto de 1986. Fuente: Archivos Desviados.
Volante de Miguel Angel Lens para la Marcha de Repudio al Papa. Grupo Antiautoritario Los Pinchados. Abril de 1987.

Por el tema de las detenciones designaron a Parrilli como abogado defensor


Sí, a Parrilli en algún momento lo fuimos a ver, estaba en el CELS [Centro de Estudios Legales y Sociales] y puntualmente lo que necesitábamos era un abogado defensor para un compañero que había sido detenido. Aparte queríamos difundir que había habido represión y detenidos acusados de disturbios en la vía pública, no sé qué figura les pusieron. Al final no pasó nada, creo que ni los citaron a declarar, por lo menos los que nosotros conocíamos.



¿Emitieron algún comunicado por la gente detenida?


Sí, hicimos uno en el que también pedíamos la urgente separación de la iglesia del estado y la disolución de la Policía Federal por considerarla lacra de la sociedad y por su historia represiva y autoritaria. Aunque nos reímos exigiendo la disolución de la cana, el documento tenía un tono de comunicado de prensa muy seriamente escrito.



¿Qué recordás de la Marcha de Repudio al Papa en 1987?


La revista Cerdos y Peces convocó a una reunión importante para organizar esa marcha en el Obelisco. Aparecimos todes les que habíamos estado en la Marcha Pagana, que muches nos habíamos desconectado, perdido, y nos encontramos ahí nuevamente. Por este tema la revista recibió amenazas telefónicas. Era una época donde también se estaba discutiendo el tema del divorcio.



Hubo presencia de feministas en la marcha, ¿recordás a algunas de ellas?


Sí, había feministas, claro, entre ellas Ilse Fuskova y Josefina Quesada, que era una pintora surrealista. Ella hizo el control de seguridad perfecto para esa marcha. Era una señora mayor que por el look y la forma de hablar daba muy clase alta, imposible que despertara sospechas de ser integrante de una marcha contra el papa. Mientras todo transcurría, ella se sentó en una mesita en la vereda del Café Tortoni y les que estábamos en la comisión organizadora teníamos que pasar por ahí para que Josefina nos vea y se asegure que estábamos bien. Ella tenía anotados los nombres de les punks y anarquistas y estaba al tanto de todo. Habíamos acordado que ante cualquier detención, ella llamaría a un abogado para avisarle. A pesar de les cien detenides que hubo, no se llevaron a ningune de la comisión organizadora. Fue una batalla de un par de horas con la cana.


Volante de la Comisión de Repudio al Papa. La imagen alude al lema de la época creado por Fife & Autogestión "Si el papa pudiese embarazarse, el aborto sería sacramento". 1987. Fuente: Archivos Desviados.

Hay varios volantes de grupos pequeños que participaron, ¿recordás a algunos?


Recuerdo a algunos. Estuvo el Movimiento Marginal, esos que les conté que eran integrantes del viejo MAS que, por díscolos, quedaron afuera del partido en alguna de esas purgas trotskistas. Con uno de ellos, Paco, me reencontré en la asamblea de Villa Urquiza de 2001/2002 y me sigo viendo hasta hoy. Pero también se hacían volantes que parecían realizados por grupos que no lo eran, el Comando de Unidad Libertario del Oeste - "CULO", por ejemplo, estaba compuesto por una sola persona. O Traición, Fellatio y Promiscuidad, que no fue otra cosa que un volantito que hicimos en mi departamento de la calle Billinghurst convocando a la marcha. No era un grupo. Lo hicimos tratando de imitar la tipografía del entonces todavía existente "Tradición, Familia y Propiedad", una agrupación de católicos fundamentalistas que tenía su sede en una vieja casona estilo medioevo en Palermo Chico en cuyo frente colgaba un estandarte rojo con letras góticas y un león dorado.


Vienbenido Juan P2. Traición, Fellatio, Promiscuidad. Volante realizado para la Marcha de Repudio al Papa. Buenos Aires, abril de 1986. Fuente: Archivos Desviados.


Años más tarde armaste el grupo CAGAR


Tampoco era un grupo, era la Coordinadora Anarco Gay Argentina, que, en realidad, era yo solo. Para CAGAR armé dos volantes que repartí en dos Marchas del Orgullo en Buenos Aires, uno chiquito con una frase de Perlongher y, al año siguiente, otro más grande con una especie de encuesta jocosa que robé de no me acuerdo dónde y modifiqué levemente. A esos dos volantes se redujo toda la actividad de CAGAR. Fue entre fines de los 80 y principios de los 90.



¿Qué recordás sobre el surgimiento de la red de medios independientes Indymedia durante la revuelta del 19 y 20 de noviembre de 2001?


Es una red internacional de comunicadores-activistas que surgió en Estados Unidos en ocasión de una conferencia de la Organización Mundial de Comercio, en Seattle. El objetivo fue conectar a los variopintos colectivos e individualidades del joven movimiento altermundista que participaría en las distintas actividades de boicot a la conferencia. El éxito del boicot y de Indymedia fue rotundo, al punto que la conferencia de la OMC debió ser suspendida. Sin embargo, Indymedia, que se había pensado para ese acontecimiento puntual (la conferencia de la OMC), siguió funcionando. Lo cierto es que la red continuó creciendo y en pocos meses había como 200 nodos repartidos por ciudades de todo el mundo, incluyendo Buenos Aires. No tengo muy claro cómo llegó la red a acá ni quién trajo los programas, pero se decía que primero le fue ofrecido a la CTA [Central de Trabajadores de la Argentina] y que al ésta no demostrar mayor interés, tomó la posta un grupo de gente vinculada al Partido de los Trabajadores Socialistas. Yo me enteré de la existencia de esta red en Génova, durante las movilizaciones contra la conferencia del G8 (julio de 2001). Ahí, Montse, de Indymedia-Barcelona me introdujo en los primeros pasos del funcionamiento de la red y su característica distintiva que me sedujo inmediatamente: la publicación abierta. Cuando volví a Buenos Aires un compañero de la biblioteca popular José Ingenieros que conocía a alguien de Indymedia, me contactó. A la semana me invitaron a una reunión en el bar La Academia, el primer centro de operaciones del grupo. Esto fue alrededor de marzo de 2002. A partir de los hechos de diciembre de 2001 ya eran como 20 personas; casi la mitad de ellos eran militantes o simpatizantes del PTS, el resto independiente con una marcada impronta anarcoide. Estuve como 15 años.



También por esa época ingresaste a las asambleas de Villa Urquiza


Participé de la asamblea de Villurka por más de 10 años. A fines de diciembre de 2001, o tal vez enero de 2002 vi pegado al poste de un semáforo un volantito dirigido a "los vecinos" (todavía se usaba el masculino para generalizar) para reunirse en asamblea en la plaza Echeverría. La convocatoria era para debatir y resolver acerca de la crisis que estaba azotando al país. No esperaba más de 20 ó 30 y me sorprendí cuando me encontré con un compacto grupo de 400 ó 500 que pugnaban por hablar y contar cómo la crisis les había afectado. Un caos. Se ratificó el horario para el futuro: viernes a las 19hs. Ni ese viernes ni el siguiente pude sacar mucho en limpio: demasiada gente sin un objetivo claro ni temario y todes queriendo hablar. Después no fui más: me enteré de la existencia de otra asamblea en Triunvirato y Los Incas, más cerca de donde yo vivía y decidí participar de ésta última. La nueva asamblea agrupaba a vecines de los barrios de Agronomía, Villa Ortúzar y Parque Chas, había menos gente que en la de Villa Urquiza y con un promedio de edad marcadamente mayor. Las asambleas querían abarcar un sinnúmero de temas, por lo que pronto se vio la necesidad de formar comisiones para cada uno: trabajo (el tema acuciante del momento), vivienda, salud, educación, etc. Con el correr del tiempo el proceso se fue desgastando: los partidos políticos queriendo aparatear espantaron a mucha gente; otres se fueron por otros motivos y muchas asambleas desaparecieron completamente. Cuando vi que en la asamblea de Agronomía-Villa Ortúzar-Parque Chas no éramos más de una docena, decidí volver a Villa Urquiza que todavía convocaba entre 50 y 100 personas cada semana y habían ocupado el local abandonado de la ex pizzería La Ideal. Cuando me fui de la asamblea, un año antes del desalojo policial de La Ideal, éramos no más de 7 u 8, donde no había ningune de les "fundadores".



¿Fracasó el movimiento?


No sé, supongo que la respuesta depende de las expectativas de cada cual. Para mí fue un período riquísimo a nivel personal y social


Enrique Yurcovich, 2001. Foto © Marcos López. Fuente: Archivo Marcos López.

Te vimos en varios retratos fotográficos de Marcos López


Sí, suelo decir que soy su modelo-fetiche. Marcos es santafesino como yo, tenemos varies amigues comunes y fue así como estuvo varias veces en mi departamento de la calle Billinghurst. En uno de esos encuentros, a principios de los 80, me propuso hacer las fotos. Él había abandonado una carrera de ingeniería y estaba dando sus primeros pasos con la fotografía. Así que el día pactado, pasó a buscarme, seleccionó de mi guardarropa el vestuario que quería y me llevó a la locación que él ya había elegido, un local de comida rápida que ya no está más: Cheburger, por Santa Fe y Scalabrini Ortiz. Todo en la foto fue armado por Marcos, que resultó ser un poco obsesivo con su trabajo. A mí me daba un poco de vergüenza estar haciendo tanto circo en un lugar público. Para otra foto, en 2001, Marcos ya era un fotógrafo muy reconocido. El encuentro fue en su casa/estudio en Barracas. Esta vez la ropa fue de su propio vestuario, fuimos a un lugar re cutre, por Constitución que Marcos tenía visto de antes. Ahí fue la última serie de fotos que me sacó.





Agradecimientos


Enrique Yurcovich, Marcos López, Raúl Naón, Ral Veroni, Clarisa Rueda, Eugenia Sik.




AVISO SOBRE REPRODUCCIÓN


Los trabajos publicados en Moléculas Malucas, así como las imágenes que los acompañan, solo pueden reproducirse con nuestra previa autorización y la de sus autor*s, personas entrevistadas, titulares de derechos de autor, traductor*s o archivos que custodian los materiales reproducidos junto a los artículos. En caso de precisar mayor información pueden escribir a archivomoleculasmalucas@gmail.com



Cómo citar esta entrevista:


Belluci, Mabel y Queiroz, Juan; "Traición, Fellatio y Promiscuidad. Entrevista a Enrique Yurcovich"

Moléculas Malucas, enero de 2021.

https://www.moleculasmalucas.com/post/traición-fellatio-y-promiscuidad



Comments


bottom of page